viernes, 13 de febrero de 2009

Soy funambulista. 1ª parte.

Soy indecisa. No es ningún secreto. Pero sí que me resulta un problema. Desde lo más pequeño hasta lo más grande. Convierto un grano de arena en una montaña imposible de escalar. Llevo 20 años tomando el mismo sabor de helado. Total, si la stracciatella me gusta para qué probar otro... sí, me encanta ese sabor. Pero nunca escojo otro porque hay tantos en el mostrador que puedo tirarme una hora para decidirme por uno en concreto... Una vez en un acto de chulería elegí una tarrina de fresa. Y en vez de disfrutar de mi helado me pasé repitiendo en cada bocado "tendría que haberme cogido el de stracciatella". Ese es mi segundo gran problema: me arrepiento enseguida de mi decisión por muy tonta que sea.

Soy indecisa hasta el punto de convertirme en una caricatura de mí misma. Y es una lucha constante lo que llevo en mi interior. Basta con que decida algo, aunque sea una trivialidad, que si me preguntan "¿estás segura?" ya la hemos liado. A veces he tomado decisiones importantes sabiendo que iba a cambiar el camino de mi vida. Pero estas decisiones no las he tomado por mí, sino para ayudar a otras personas, así que al fin y al cabo no cuentan. Y llevo ya bastantes años lamentándome con el "tendría que..." Mi vida se ha convertido en un condicional siempre con el "y si" en el pensamiento.

Ahora he decidido que tengo que cambiar esto. Y llevo un par de semanas dándole vueltas a todo. Me siento como una niña pequeña que está aprendiendo a caminar y cada vez que se cae llora sin moverse hasta que vienen sus padres a levantarla otra vez. Ya no quiero ser así. Me he cansado de mí misma, soy una pesada y una llorica. Me miro al espejo y pienso que me tengo que cortar el flequillo porque ya casi no veo (esto es una nota mental mía), en realidad no me gusta lo que veo así que me hablo para animarme (esto tampoco debería contarlo, luego todo el mundo me conoce demasiado bien). El caso es que tampoco puedo cambiar un problema tan grande de la noche a la mañana así que me está costando lo mío. Necesito mi período de adaptación, sobretodo para coger aire en los pulmones y tirarme de cabeza a la piscina. La semana pasada tomé una decisión bastante importante y en dos días he hecho como cuarenta planes alternativos y he cambiado de idea unas mil veces. Pero cuando uno toma una decisión hay que desechar automáticamente las otras posibilidades, sino nunca hay manera de centrarse. Sin planes b. Sin arrepentimiento. Sólo un objetivo.

Tengo la sensación de estar mucho tiempo en la cuerda floja. Porque tengo vértigo, porque tengo miedo, porque no me atrevo, porque no sé si lo que me espera al otro lado realmente es lo que yo quiero... No es fácil tomar una decisión. Nunca sabes si será la acertada. Siempre está la duda y al final te acabas guiando por la intuición. Siempre está el temor de cometer errores, de no saber como afrontarlos. Aunque esos errores se arrastran mucho mejor cuando son sólo tuyos. Así que ya no me da miedo equivocarme pero sí me da pánico el no haberlo intentado. Y ahora pregúntame ¿estás segura?. Que mi respuesta es "sí, lo estoy"

3 comentarios:

comunllum dijo...

Ánimo con tu nuevo "yo". Te lo dice un inseguro que tambien intenta no serlo.

Se me acaba de ocurrir una cosa... Si te miras al espejo y te preguntas "Estas segura de ser insegura?", si contestas SI, te habrás regalado un poquito de seguridad. Si contestas NO... también.

closada dijo...

Bueno... lola, estás que te sales, quilla. Desde acá y, ante semejantes diatribas vitales, ya sabes hacia dónde tiende esta cabeza mía: ¡hay que tirarse a la piscina!

Una puntualización: yo creo que sí que se puede cambiar, en ciertos aspectos, de la noche a la mañana. Sólo hay que proponérselo y no dudar ni un momento, jejejeje.

Besicos, quillita.

Jesús dijo...

Si seré indeciso que llevo desde que leí el post por la mañana sin saber en qué sentido debía hacer mi comentario...
Después de haberlo pensado bastante sólo se me ocurre decirte una cosa. La indecisión ha sido probablemente la causa de la mayoría de mis males (o la falta de seguridad que viene a ser lo mismo). Lo mejor que te puedo decir es que no seas como yo y que me gusta lo que dices al final y que, cuando pasen muchos años siempre será mejor decir "ME equivoqué pero lo intenté" que "Me equivoque al no haberlo intentado".
Y otra cosa, si alguna vez te equivocas, jamás culpes a tu yo del pasado. Porque en el momento en el que tomaste aquella decisión seguro que lo hiciste con la mejor intención y después de haberlo considerado bien y creyendo que era lo mejor...

Pero no seamos cenizos, que seguro que lo intentas y además no te equivocas :).
1saludin,

Uncactus

PD: No se si ves futurama, llevo años deseando que inventen la máquina del "Y si..." que sale en varios capítulos.