viernes, 28 de noviembre de 2008

La malagueña

Hoy estoy en plan chingona porque en el otro blog he hablado de la banda sonora de una película de Robert Rodríguez y ahora voy a hablar de una versión que hizo con su grupo. Se trata de la malagueña, canción mexicana de Pedro Galindo y Elpidio Ramírez. Mira que me gustan los mariachis...

El primer vídeo es la canción original (o eso creo). Pero me quedo con la versión de Rodríguez sin dudarlo (el segundo vídeo).





miércoles, 26 de noviembre de 2008

Placeres prohibidos

Los ojos se me salen de las órbitas. Comienzo a salivar nada más verla, curvas perfectas. Por no hablar de su perfume, ese olor que desprende y me provoca. Y la deseo con todas mis fuerzas, quiero tocarla y saborearla con todos mis sentidos. Y justo cuando alargo la mano haciendo caso de mi instinto animal siento el golpe de la culpabilidad personificado en mi madre:

"Lolita, ¡¡la dieta!!"
"¿Pero por qué tienes que hacer magdalenas?"

lunes, 24 de noviembre de 2008

Lailolá

Hay cientos de versiones de la canción de Lou Reed "Take a walk on the wild side" pero ninguna supera la versión de Albert Plà "El lado más bestia de la vida".



lunes, 17 de noviembre de 2008

Stagger Lee

Después de tanto drama no viene mal un poco de música. Aunque Stagger Lee sea "un hijoputa malvado que llena de plomo las cabezas de la gente con su colt 45". Me encanta esta canción, me encanta el sonido del bajo, me encanta el baile de Nick Cave, su voz y su cara.



miércoles, 12 de noviembre de 2008

Demasiadas razones para odiarme...

Las decisiones importantes siempre se toman en mal momento y yo soy de esa clase de personas que tienen muy pocas cosas claras en la vida. Soy indecisa y además no tengo agallas para hacer lo que quiero hacer.

De pequeña quería ser corista de Bob Marley, en serio puedo dar tonos muy agudos. Pero luego me di cuenta que el querido Bob había muerto y yo me miré en el espejo y soy más blanca que la leche. Luego quise ser bajista, pediría a mi familia que dejaran de llamarme Lolita para que me llamasen Kim (como las bajistas de Sonic Youth o Pixies), aunque en realidad me encantaba el sonido del violín, siempre quise aprender a tocar el violín pero nunca se lo dije a mis padres y ellos me apuntaron a natación. Cuando empecé a entrar en la adolescencia quería ser bióloga marina pero una vez me pinché con un erizo y ya desestimé la idea (es broma, es que siempre suspendía las asignaturas de ciencias).

No sé como estará la educación ahora pero antes había que elegir entre Ciencias o Letras para luego elegir una carrera acorde con tu futuro. Y de las Ciencias o Letras teníamos que elegir entre Puras o Mixtas. Escogí Letras Puras animada por mi profesor de Literatura aunque la psicóloga del colegio intentara disuadirme para que me cogiera Mixtas porque las matemáticas son muy importantes. "A mí las matemáticas me la comen de canto" eso fue lo que pensé porque si le digo eso a una psicóloga en un colegio de curas me la cargo. Cuando quiero soy una ordinaria ya lo sé. Algún día contaré la historia de cuando le levanté la falda al Cristo de la iglesia para ver si le habían puesto pene o "el azote de los dioses". Me pillaron pero eso es otro tema...

El caso es que las letras puras se me daban de maravilla. Historia del Arte, Lengua, Literatura, Latín, Griego... Estaban todos como locos para prepararnos para la selectividad y todos mis compañeros ya sabían que carrera elegir. Yo me agobiaba nada más pensarlo. Me parecía un drama. Hasta que un día mi tutora me llamó a su despacho y tuve la conversación más sincera e importante. "Dentro de unos meses tenéis la selectividad, ¿sabes ya qué carrera elegir?" "No lo sé, me gustan muchas cosas pero no hay carrera específica para ello" "¿Qué es lo que te gusta?" "Escribir" "Ahá, mira Lola te voy a ser sincera. Estamos de reuniones y todos los profesores están muy contentos contigo. Dicen que destacas muy por encima de la clase. Todos vemos en ti una filóloga en potencia". Pues claro!! Filología!! ¿Cómo no se me había ocurrido nunca? Me encantaba hacer los análisis arbóreos de Lengua, siempre salía yo a la pizarra y cuanto más complicada era la frase y más larga mejor. Era todo un reto y nunca fallaba. El griego se me daba estupendamente pero sobretodo el Latín. Ese año dábamos la Eneida de Virgilio, que era poesía y estaban todas las palabras descolocadas. La profesora nos mandó la versión latín-español pero yo me la compré sólo en latín. Sin notas a pie de página ni la traducción. Me propuse traducir la Eneida entera en lo que duraba el curso. A veces me quedaba hasta las tantas de la madrugada investigando cuando algo no me salía. Los compañeros de clase pensaban que era una pelota pero a mi me daba igual. Había encontrado algo que me apasionaba y por fin me sentía feliz. Después de tanta incertidumbre tener algo claro me hacía sentir entera. Se burlaban de que me gustara tanto una lengua muerta. Pero la profesora estaba encantada de verme, ella no creía que yo le hiciese la pelota porque notaba que a mi me gustaba, incluso me dijo que igual en unos años podríamos ser compañeras de trabajo... Un día que falté al colegio una de mis amigas me llamó para decirme que el profesor de Literatura había hablado muy bien de mí en clase. Había dicho que era la única que había sacado un 10 en el comentario de texto. Que escribía estupendamente y que mis conclusiones le habían impresionado. Por supuesto lo leyó en voz alta y media clase se rió. Entonces él dijo que yo era una persona muy apasionada y la armó. Porque al día siguiente ya circulaba el rumor de que me tiraba a mi profesor de Literatura. Cómo deseaba acabar el curso para no ver a ningún imbécil más. De hecho a algunos les dije todo lo que pensaba de ellos. Gente que se supone que era mi amiga y que salía en mi pandilla... Ahora a veces nos hemos visto en el autobús y ni nos hemos saludado. Pero eso también es otro tema.

Al final nunca estudié Filología. Ahora podría estar dando clase en un instituto y mandando a todos que leyeran "San Manuel Bueno Mártir" de Unamuno pero llevo años haciendo una carrera que detesto. Joder, me he convertido en San Manuel Bueno Mártir, el cura que ha perdido la fe pero que pide a todos que recen...
Me fui a Valencia a estudiar Psicología. Soy ingenua, indecisa y no tengo agallas. Mucha gente me dijo que estudiando filología me moriría de hambre, que no tenía futuro y yo me asusté. Creía que para ser profesora debía de estudiar magisterio nada más. No sé por qué escogí Psicología pero sabía que me quería ir. Influyeron muchos factores que ahora no voy a explicar. Pero no terminé ni el primer año y me vine para Alicante y me puse a trabajar en un McDonald's hasta que empezara el nuevo curso. Y en vez de meterme a filología qué hice, pues meterme en Trabajo Social, una carrera de tres años en la que he perdido la cuenta del tiempo que llevo. Parece que llevo una vida entera ahí. Este año estuve a punto de dejarla. Fui a la Facultad de Filosofía y Letras para apuntarme a Filología pero no me atreví a hacerlo. Iba a hacerlo además sin consultárselo a nadie pero no me parecía justo no contárselo a mis padres, además son los que me pagan la carrera por my triste que suene. Así que fui a decírselo a mi madre. Soy una llorona así que medio llorando se lo solté. "Odio mi carrera. Quiero dejarla y estudiar algo que me guste" Eso fue lo que le dije. Pero las cosas no son tan fáciles. Y yo soy de las que necesitan más que un empujón una colleja. Si mi madre me hubiera dicho "hazlo" no lo hubiera dudado tanto. Pero me dijo "¿no es muy tarde para cambiar otra vez de carrera?" Eso me mató y que conste que sé que mi madre tiene razón. Benditas madres. Deseo tener un hijo para pasarme a eso de que "las madres siempre tienen razón".

Nunca he tenido nada claro salvo lo que acabo de contar. Y es lo único que soy incapaz de hacer. Y en vez de estar haciendo el dichoso proyecto de intervención estoy aquí escribiendo en un blog que puede ver cualquiera, como si mi vida fuera tan interesante como para que alguien se leyera esta entrada entera. Por cierto, si alguien se la lee le regalo una peonza. El problema es que me importa más bien poco el proyecto de intervención. Esta semana me ha pasado lo mismo. Me pongo en el ordenador para empezarlo, abro el word, los apuntes y sólo consigo escribir "PROYECTO DE INTERVENCIÓN". Porque giro la cabeza y veo que en mi ventana se ha posado un escarabajo alado gigante. Y ya la he liado. Me levanto para hacerle una foto y cuando me vuelvo a sentar en la silla cierro todos los programas y me pongo a escribir un microrrelato. Y después de esa historieta se me ocurre una frase ingeniosa para el programa de radio del viernes. Y me la tengo que apuntar para que no se me olvide. Y me río con mi ingenio y pienso "coño, esto sería una buena frase para comenzar un monólogo" Y entonces intento escribir un monólogo pero no me gusta como queda y le doy a suprimir. Y luego me pongo a diseñar los perfiles de los personajes que he pensado para otra historia. Y entonces se hace de noche y llega mi parte contratante de trabajar y me pregunta por mi día y yo me hago la loca y sin mirarle a los ojos le respondo muy flojito "he empezado el proyecto de intervención" y en seguida cambio de tema pero en mi cabeza la voz interior me grita: "Joder pero qué te pasa!". ¿Por qué hago estas cosas en serio? No tengo valor para decir "el proyecto de intervención me la come de canto" sí sí vale soy ordinaria ya lo sé. Y ahora encima estoy en la radio haciendo algo que me gusta y me divierte. Y dedico más tiempo a preparar los cinco minutos en la radio que a diseñar el proyecto de intervención. Y en la radio ni siquiera me pagan. Lo hago por amor al arte aunque el amor al arte no me ayude a pagar el alquiler. Y un día hice una presentación de mi blog de cine para el club de la esquina y creo que la gente se lo pasó muy bien. Y me tiré días escribiendo un guión para prepararlo y aunque hubiera visto un burro volando en mi ventana no me habría levantado de la silla. Y muchos me preguntan si soy guionista o estoy estudiando cine y yo siempre digo que no, que estoy haciendo Trabajo Social. Y claro, omito eso de que odio mi carrera pero es que ya no aguanto más. La otra tarde me la pasé llorando por este tema, supongo que también influye que tengo la regla y no puedo comer chocolate porque estoy a dieta, el caso es que lloraba como si el médico me hubiera dicho que me quedan treinta días de vida. Menos mal que Jim Morrison me anima un poco. No, no me anima nada porque él hizo lo que le dio la gana y canta con pasión y yo no hago lo que quiero por algún motivo que desconozco...

A veces me gustaría despertar y descubrir que aún tengo 17 años y la oportunidad de empezar de nuevo. Cuántos errores cometí por dejar que otros tomaran las decisiones por mi. Tengo 25 años y me siento estancada, como si aún estuviera pagando las consecuencias de hace tantos años. Sé que algo he avanzado pero antes me dirigía a un castillo de marfil y ahora sólo hay ruinas. Desde fuera puede parecer una chorrada. De hecho si alguien me contara esta historia yo lo animaría para que dejara lo que está haciendo para hacer lo que realmente quisiese. Ahora sólo me apetece darme un cabezazo contra la pared.

jueves, 6 de noviembre de 2008

Veo veo... mamoneo

Hay canciones que con esccuhar los primeros acordes te inyectan una ración de energía. Me pasa con muchas pero sobretodo con "Maneras de vivir" y "El oportunista" de Leño. A Rosendo le he visto varias veces en directo en el ViñaRock, casi casi va todos los años, y siempre me lo he pasado muy bien en sus conciertos. Hacía tiempo que no me ponía sus discos y hoy me he acordado del cd "Veo, veo... mamoneo". Igual que a mi me activaban las canciones que he dicho antes a mi hermano pequeño le gustaba la canción "Masculino singular", que voy a poner ahora. Él era pequeñito, creo que tendría 5 años o así y cada vez que me la ponía en mi habitación él movía el culete al ritmo de la música y como no se sabía la letra sólo cantaba la primera palabra de las estrofas. Así que se pasaba todo el día cantando: picaporte, berberecho, solomillo...

Qué grande Rosendo, que hace cantar a varias generaciones...



martes, 4 de noviembre de 2008

La peste

Hace unos meses que fui a pasar un fin de semana a Granada. Fui con mis hermanos y mi parte contratante. A mi hermana le gustaría irse a vivir allí pero no se decide así que ella iba en plan guía turística... Dos días se pasan volando así que no pude hacer nada de lo que tenía planeado pero mejor, porque eso significa que tendré que volver :)

El caso es que acabé de los puestecitos hasta el moño. Muy bonito todo sí, pero con ver dos puestos es suficiente. El tercer puesto era exactamente igual al primero y así sucesivamente. Y mi hermana como una loca probándose los mismos pantalones en todos los puestos... Me compré unos pendientes y ya era feliz pero todos me insistían en que me comprara algo más. Yo decía "es que si saco el monedero ya no paro porque me gustan muchas cosas". Con tal de ahorrar algo pues me aguantaba. Y todos "Venga Lola, cómprate algo más, si no pasa nada". ¿No pasa nada? Como necesitaba un bolso me compré uno, de esos de "cuero", de color rosa, muy mono. 17 eurazos que acabé gastándome.

Pues el bolso ahí lo tengo sin usarlo. Menuda peste que echa el cuero o lo que sea eso. He hecho de todo. Lo he tenido al aire varios días, le he metido granos de café, lo he restregado con bicarbonato y nada. El bolso sigue oliendo a mierda de camello. Sólo me faltaba ir a clase con eso, si no hablo con nadie imagínate que llego a la universidad en plan bomba fétida humana...

Soy idiota por dejarme convencer tan rápido. Y la próxima vez que vaya a comprar algo así iré con la nariz despejada...