martes, 29 de abril de 2008

Roka

Después del "dramón" de Clavijo voy a relajarme con algo de música... Ya puse alguna vez una canción de Calexico pero hoy quiero poner una de las que más me gustan. Se trata de Roka, canción que cantan junto a Amparanoia.

El único disco que tengo de Calexico es "Garden Ruin" del año 2006 y he escuchado poco más de ellos. El cantante y el batería empezaron tocando antes de fundar Calexico en el grupo Giant Sand.
El disco de Amparanoia "El poder de Machín" me parece redondo de la primera a la última canción. Sé que utilizar la palabra redondo para definir un disco no es la más acertada pero creo que me he explicado no? Amparanoia va al Viña Rock de este año y yo me lo pierdo... Ahora que llega el buen tiempo apetece cantar "a grito pelao". Es el único consuelo que me queda...



viernes, 25 de abril de 2008

La historia de Clavijo (3ª parte)


Luego me cambiaron de colegio. Pasé de las monjas a los curas en un abrir y cerrar de ojos pero los niños son igual de cabroncetes en todas partes. Al crecer me di cuenta de que ya era mayor para defenderme sola. Era la época de los cambios hormonales así que los de mi clase estaban insoportables y encima cada vez que hablaban les salía un gallito. Se les ocurrió la idea de que sería divertido jugar a dar palmadas en el trasero a las chicas. A mí eso me recordaba al granjero que marca en el culo a su vaca y no me parecía nada gracioso. A algunas chicas de mi clase sí porque se limitaban a hacerse las ofendidas para responder con una sonrisa "ay tonto, te voy a dar". En parte era normal, nosotras también estábamos con los dichosos cambios hormonales...

Un día a uno de mi clase se le ocurrió pegarme en el culo y la voz de otro chaval se escuchó a lo lejos "Noo, a Lolita no". Me giré lentamente y eché a correr tras él como si se me llevaran los demonios. Él era más rápido pero yo estaba poseída. Me caí y me raspé las rodillas, estaba roja como un tomate pero lo alcancé y le di una patada tan fuerte que casi se echó a llorar. "Vuélveme a tocar el culo y no te saldrá un gallito nunca más así que si no quieres acabar cantando en el coro de la capilla ni me mires"

Al día siguiente me mandó una carta de amor que me pilló el profesor y tuve que leer en voz alta ante toda la clase...

Nunca entenderé a los chicos. Uno decía que me quería y me pegaba. Otro me quería porque yo le pegué a él...

A día de hoy a veces mi hemisferio derecho se pregunta "¿Qué será de Clavijo?" Y el izquierdo me responde: "Me importa un pijo"

Fin


miércoles, 23 de abril de 2008

Modestia aparte

Sí, hoy me dejo la modestia en el último cajón del armario porque me he cansado... Quizás mañana me la vuelva a poner como sombrero...

Por lo visto que hoy en día te valoren cuesta mucho, a veces demasiado... Y eso que no es tan difícil decir un simple "gracias" o "sigue así".

Estoy pasando unos días jodidos mentales así que he decidido valorarme a mí misma. Hoy me veo guapa hasta con ojeras y no sólo eso, lo más importante es que me veo capaz. Valgo para un roto que para un descosío como dice mi abuela. Igual hago un arroz de puta madre sin idea de cocinar que llego a clase y soy la única (de las 10 personas que había eso es verdad) que tiene los ejercicios bien hechos.

Eso sí, una cosa es dejar la modestia fuera de lugar por un día y otra creerme la mejor de las mejores, hasta ahí no llego... Sé que hay muchas joyas y diamantes en bruto pero yo soy


el diamante embrutesío
y a ver cuando narices se entera la gente



domingo, 20 de abril de 2008

La historia de Clavijo (2ª parte)

El colmo fue el día de Carnavales, yo iba disfrazada de bailarina y una persona como Clavijo sólo podía ir de soldado. En un momento que fui al baño a recolocarme el tutú ahí estaba él bloqueándome el paso con los brazos en cruz. Sin que abriese la boca ya sabía yo lo que me esperaba y en ese momento maldije los cuentos de Andersen y su "soldadito de plomo enamorado de la bailarina". Deseé haberme disfrazado de pez para tragármelo por siempre jamás. Sus palabras fueron "si no me das un beso no te dejo salir", "pues me chivo", "pues chívate", "señoriii" ¡Zas! Antes de que terminase de gritar ya me había tirado al suelo...

En mi casa se dieron cuenta de que algo me pasaba porque cada mañana que tenía que ir al colegio me ponía malísima así que descubrieron las hazañas de Clavijo.
Al ver que las profesoras no hacían nada mi padre fue a hablar personalmente con Clavijo. Ahora lo recordamos y nos da la risa pero si mi padre hiciese hoy en día lo de antes probablemente tendría a la poli en casa en un abrir y cerrar de ojos. Más que de mi padre me acuerdo de la cara de Clavijo porque se le pusieron los huevos de corbata. Ni Vito Corleone hubiera sido tan eficaz en sus años mozos. Tengo un recuerdo vago de mi padre cogiendo por la pechera al salvaje en cuestión y diciendo en un tono amistoso pero mafioso "¿verdad que a partir de ahora vas a ser amigo de mi hija?" El chaval simplemente asintió. Al día siguiente Clavijo no fue mi amigo... no me miró en todo el curso y yo no me volví a poner mala por las mañanas. En ese momento Peter Parker, Lobezno y Arnold "Suarsenaguer" fueron unos pringados para mí, el nuevo héroe era mi padre!!


Continuará

viernes, 11 de abril de 2008

¿Quieres torrijas? No gracias, tengo trauma. La historia de Clavijo (1ª parte)

Cuando era pequeña sufrí la pesadilla del acoso escolar. Bueno, ahora se llama así, antes eran "cosas de niños". Yo soy muy tímida pero también es cierto que a veces mis neuronas se pegan cabezazos entre ellas, eso unido a las malas pulgas produce en mí un efecto de envalontamiento impulsivo que me hace capaz de asumir un rol de líder y convertirme así en la jefa de la plaza de mi barrio. Por supuesto estoy hablando de mi infancia, ahora sería impensable. Cualquier tiempo pasado fue anterior...

El caso es que aunque fuera "la jefaza de la plaza" en el colegio había un niño que, por decirlo finamente, era un puto cabrón. Era feo y malo, medio gangoso supongo que porque siempre llevaba algún moco colgando. Se apellidaba Clavijo. Yo por el contrario era una ricura de niña. Ahora no, más bien soy un cayo malayo pero tampoco se me quita el sueño por eso... Pero de niña... ¡ay, qué encanto! Yo me veo en fotos y creo que sólo me faltan dos alitas para ser un angelito. En mi clase éramos pocas niñas así que tenía mi propio ejército de muchachitos que estaban encantados de compartir pupitre conmigo. Pero los muy cobardes no me defendían de Clavijo.

Este Clavijo quería que yo fuera su novia a toda costa hasta tal punto de acorralarme en el patio y pegarme patadas si yo le decía que me dejara en paz. Una vez tenía de almuerzo las torrijas que había hecho mi abuela por Semana Santa y mientras las saboreaba el tonto de Clavijo me pegó una patada en el estómago. Vomité la torrija en medio de todo el patio... Desde los 6 años no pruebo las torrijas y cuando me ofrecen siempre digo lo mismo "No gracias, tengo trauma"


Continuará