domingo, 29 de junio de 2008

Naturaleza sabia


Un día se levantó siendo otra persona...


Se quedó quieta en una esquina de la habitación, concretamente detrás de la pantalla del ordenador para poder disfrutar del calor que desprendía...

Él la miró fijamente pero al darse cuenta de que se trataba de una indefensa polilla no le prestó atención... "probablemente en cuanto encienda alguna lámpara se ponga a revolotear y se marche" Pero lo que no sabía es que aquella peluda y amarilla polilla llevaba posada en el rincón tres días... agazapada, inmóvil, esperando el momento de actuar...

Llegó la noche, todos dormían, ya era tarde y se fue a la cama tan cansado que no podía pensar en nada más que en cerrar los ojos, no se imaginaba lo que iba a suceder a lo largo de la calmada noche, ni siquiera le importaba, se tomaba la vida como algo mecánico pero estático. Se consideraba una pequeña mota insignificante, sólo estaba bien cuando se tumbaba y no hablaba con nadie, era una persona gris...

Encendió una lámpara de lava para concentrarse en los movimientos pesados y lentos de las burbujas, siempre se conseguía dormir antes. Poco a poco los párpados empezaron a pesarle y en su cabeza rondaba la vaga idea de que sería estupendo no despertar jamás... quince minutos... y ya estaba profundamente dormido, respiración lenta pero constante, tranquilidad absoluta y... dos puntitos rojos brillaron en la oscuridad...

Era ella... la polilla había despertado de su letargo y se disponía a cumplir con su misión. Despegó sus patitas de la pared y se acercó a la cabeza que le habían encomendado. Voló tres veces alrededor y se abalanzó directa al oído...

A la mañana siguiente él despertó más temprano de lo habitual, se notaba distinto. Tenía ganas de abrir las ventanas y respirar. "Me siento nuevo, incluso feliz de estar vivo". No encontraba explicación así que tampoco la buscó, simplemente se aprovechó de su nuevo cambio.

Alguna vez nos contó que cuando tenía pensamientos grises notaba un pequeño zumbido en la parte izquierda de su cerebro. Todos nos reíamos pero si te concentrabas en su sombra, durante unos segundos, se podía distinguir unas pequeñas alas que salían de su espalda, eran ínfimas, transparentes... pero ahí estaban.

Hoy encontré una polilla detrás de mi ordenador... la voy a dejar unos días... por si acaso...


4 comentarios:

luciérnaga dijo...

...es lo que tienen las polillas...

Un besiño

Anónimo dijo...

Me gusta tu blog señorita... demasiadas personas deberían tener polillas como esa ... demasiadas. Un placer ;)

Gemita dijo...

Qué lindo lo que cuentas! Las polillas son lo más parecido a las hadas que podemos encontrarnos... sin contar con ciertas personas que son hadas de verdad, aunque nadie quiera creerlo ;)

Gemita dijo...

Tú, por cierto, podrías parecerte a una de ellas.