martes, 20 de diciembre de 2011

Enséñame los dientes (II)

Después de que me operaran las muelas tuve que volver al dentista para que me quitara los puntos. Y esta es la parte gore e inexplicable... En dos semanas me había crecido toda la carne encima de los puntos.

- Qué capacidad de regeneración tienes, estoy impresionado, me dijo el dentista.
- Assha´sojlsjfl, dije yo, que tenía prácticamente su puño y media cabeza dentro de mi boca.
- Pues voy a tener que cortarte la carne, me contestó sin ninguna compasión.
- Q´´kshhdssdhg, dije yo, aunque en realidad quería decir: ¿Así, a pelo?
- No te muevas que no tardo nada.
 
Veo que coge las tijeras, las introduce en mi boca y oigo clac, clac y la sangre comienza a brotar. Intento pensar en el baile de Chaplin como la última vez, pero se me nubla la vista. Pienso entonces en el baile de los hermanos Marx en Sopa de ganso pero tampoco funciona. Desesperada por el sonido del clac, clac, el sabor de la sangre y sobre todo el dolor, porque al fin y al cabo me estaban cortando un trozo de carne con unas tijeras y yo no me había mentalizado para ello, logré decir:

- Jsepovnlag. Traducción literal: Hijo de puta, eres un sádico.
- Kpaiphfogefu. Traducción literal: Me estoy mareando.
- Sssh, no te muevas que ya acabo.

Sabiendo que en cualquier momento me iba a desmayar, comienzo a hacer aspavientos con los brazos pero ya era demasiado tarde. El dentista había terminado su carnicería y yo no me podía mover del asiento porque no sabía ni dónde estaba. De camino a casa me mareé otras dos veces. Así que no me explico que me pongan anestesia, me operen y dos semanas después me quiten los puntos de esa manera.

Una cosa tengo clara. La próxima vez que me tenga que sacar una muela, la ataré con un cordel al tubo de escape y le diré a mi padre que arranque, pero yo no vuelvo al dentista. Fin de la historia.

Liniers también se pregunta por qué narices hablan los dentistas

1 comentario:

jesus (of suburbia) dijo...

A mi madre le extrajeron una berruga sangrienta (no sé el nombre exacto que tiene) de la mano con un simple bisturí sin anestesia. Aún oigo sus gritos. Y luego vendrán los recortes en sanidad... que te mejores.