sábado, 26 de noviembre de 2011

Anécdotas

Mi hermana Sara tenía cinco años en el año 91. Ella siempre ha sido (y sigue siendo) muy guapa. Pero además, cuando era pequeña tenía un salero especial, muy espontáneo. Quizás con los años lo ha perdido un poco debido a su timidez, aunque yo sé que más que perdido está reprimido...

El caso es que una tarde estábamos ella y yo sentadas con mis padres en el sofá, escuchando música, una nueva casette de Queen, el Innuendo. Espero que todos recordéis esa canción, empieza muy rockera pero hay un interludio con guitarra flamenca. Lo que se me ha quedado grabado a fuego en mi memoria, a pesar de los años que han pasado, es a Sara levántandose de un salto al escuchar esa guitarra y darse un bailoteo, taconeando y levántandose la falda como si ese fuera su último baile. Y también recuerdo a mis padres y a mí aguantándonos la risa y mirándonos alucinados por ese ataque de mi hermanita pequeña la modosita.

En fin, este es mi homenaje a Freddy Mercury en el vigésimo aniversario de su muerte. Es curioso como la música nos acompaña a lo largo de toda la vida y muchas veces, saca lo mejor que llevamos dentro.


1 comentario:

closada dijo...

Buen temón... ¡y buen baile!

Besicos