Las paredes de mi casa son de papel.
Todos los días escucho los planes de los demás desconocidos.
Oigo los pasos de baile del vecino de arriba (le gusta el vals)
Oigo cómo pelean los vecinos de al lado
(siempre por tonterías,
aún no han descubierto cuánto se aman)
Oigo cómo se reconcilian los vecinos del otro lado
(éstos sólo se aman tres veces al mes)
Oigo la tele del vecino de abajo
(le gusta ver pelis de acción tomando un café,
con dos cucharaditas de azúcar por favor)
Oigo tantas cosas que no puedo escuchar mis propios pensamientos
¡Ahora! Todo quedó en silencio
¿Qué, qué dices?
Quiero helado de chocolate